Las Islas Canarias no sólo cuentan con un clima excepcional, sino también, con unos paisajes y entorno de gran belleza, que son motivos de atracción turística. Este medio natural, a grandes rasgos, está conservado y protegido, especialmente las zonas de mayor atractivo, hasta el punto de que es la comunidad con mayor número de parques nacionales de todo el Estado. Sin embargo, el propio crecimiento turístico genera un mayor crecimiento demográfico, un mayor número de carreteras y vehículos, así como, un mayor número de construcciones. Este fenómeno es preocupante, tanto para los residentes canarios, como para los turistas. La administración canaria vive un grave conflicto ante esta situación. Por una parte, el turismo genera crecimiento económico, y el crecimiento a su vez, destrucción del medio ambiente. Por otra parte hay que poner todo el esfuerzo y las herramientas necesarias para conservar el medio ambiente, ya que es la principal basa con la que cuentan las generaciones futuras y uno de los factores claves de reclamo turístico.
En la actualidad se está produciendo un cambio de mentalidad en la política ambiental. El medio ambiente comienza a ser considerado un bien que hay que proteger como símbolo de calidad de vida y garantía de futuro. Aunque en muchas ocasiones, todas estas ideas de buen augurio no son eficaces si sólo se quedan en palabras y no se llevan a cabo, tanto desde las administraciones como a título individual cada ciudadano. La clave está que en el desarrollo hacia una sociedad moderna, no sólo sean los criterios de mercado y competitividad los únicos que prevalezcan, sino también los ecológicos.
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Las áreas dedicadas al modelo turístico-residencial han crecido vertiginosamente en las últimas décadas . Un ejemplo es el Valle de La Orotava, donde el verdor del paisaje ha dado paso al cemento y el asfalto. (DM) |
La gestión y conservación del medio ambiente en las Islas es un asunto abierto a la discusión y a la polémica. Según la Declaración de Río Janeiro sobre Medio Ambiente y Desarrollo de 1992, se entiende por desarrollo sostenible “Aquel desarrollo que satisface las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las generaciones futuras para atender sus propias necesidades.”
Ese equilibrio entre el desarrollo y la conservación es aún más delicado en una región como Canarias, debido a las limitaciones que supone el ser un territorio insular, situarse bajo la dinámica de una economía de mercado basada en el capitalismo y haberse convertido en región preferente de turistas de media Europa.
El concepto de sostenibilidad debe entenderse en el más amplio sentido de la palabra, ya sea en el ámbito turístico, en la agricultura, en la ganadería, o en el consumo. Por ejemplo, uno de los actos individuales que más pueden colaborar al desarrollo sostenible del Archipiélago es abogar por el consumo de los productos locales, por solicitar productos agrarios elaborados en las Islas, ya que de esta manera permitimos que se mantengan modos de vida diferentes al urbano. Con este pequeño acto particular, se evitaría el abandono de muchas zonas agrarias, y por lo tanto la pérdida de suelo por erosión sería mucho menor.
El siguiente cuadro representa sólo un mínimo ejemplo de las actuaciones que se podrían llevar a cabo para contribuir al desarrollo sostenible del Archipiélago, tarea en la cual deben estar comprometidos tanto Administraciones Públicas, como agentes privados, colectivos sociales, y ciudadanos a título individual.
Según la UNESCO para conseguir llegar a un desarrollo sostenible, hay que saber diferenciar entre crecimiento económico (hacerse más grande), y desarrollo económico (hacerse mejor). En un lugar como Canarias, con un territorio tan limitado y que depende tanto del turismo, se trata de buscar la calidad, y no la cantidad.
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