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Invertebrados

Abejorro Anthophora alluaudi. (SG)

Entre los invertebrados, los animales más abundantes de la isla de Tenerife son los artrópodos, con 4.547 especies diferentes y 1.522 endémicas. Los insectos representan la mayoría, existiendo hasta el momento 3.928 especies de las cuales 1.277 son endémicas.

Entre los insectos, destacan con su mayor número de especies los escarabajos (coleópteros), seguidos de las moscas(dípteros), abejas, abejorros como el Anthophora alluaudi y avispas(himenópteros).

En la zona de tabaibal-cardonal, hay numerosas especies endémicas, siendo de las más características el escarabajo longicorio de las tabaibas (Deroplia albida) y el longicornio del cardón (Lepromoris gibba), cuyas larvas se desarrollan dentro de los troncos muertos del cardón. También se pueden encontrar numerosos artrópodos como moscas, orugas, hormigas o chinches. Entre estos podemos nombrar a el chinche de las calabazas (Syromates rhombeus) o el chinche de campo (Eudolycoris alluaudi), conocidos por desprender un olor repugnante como mecanismo de defensa.

Existe una avispa endémica (Arcistrocerus haematodes), que se observa sobre todo después del mes de mayo en hábitats diferentes, aunque predomina en zonas bajas. Tiene una longitud de 9-12 mm y es fácilmente reconocible por sus llamativos colores negro y rojo.

Hay presencia de algunos arácnidos como la araña tigre (Argiope trifasciata), con su característico color atigrado y su peculiar zig-zag en la tela que tejen (de ahí que también sean conocidas como ‘arañas de firma’). También hay una especie única en Canarias perteneciente al grupo de los solífugos (Eusimonia wunderlichii), presente por ejemplo, en la Reseva Natural Especial de Montaña Roja.

En el cardonal-tabaibal está presente el saltamontes canario de alas azules (Oedipoda canariensis), aunque también es común en las medianías del sur y oeste tinerfeño. Las hembras de este insecto miden entre 30-32 mm, unos 5 mm más que los machos.

En estos ambientes podemos apreciar varios tipos de mántidos. Está la cerbatana (Blepharopsis mendica) y la llamativa especie tropical Mantis religiosa, famosa por la voracidad de la hembra al decapitar al macho durante la cópula.

Entre las mariposas destaca la monarca (Danaus plexippus), que es común observarla en zonas bajas y medias, incluyendo áreas frecuentadas por el hombre como jardines. Sus llamativos colores negro y naranja, sirven para advertir a sus depredadores de su mal sabor. Es una especie que migra desde América, llegando hasta Gran Bretaña y la Península Ibérica.

Mariposa monarca. (SG)

La mariposa cardera (Chythia cardui), es muy parecida a la monarca. Procede de África, y su nombre deriva de su predilección por alimentarse del néctar de la flor del cardo. La blanquita de la col (Pieris rapae), es una de las más frecuentes en toda la Isla, aunque también se da en el resto de las Canarias, Europa y norte de África. Está presente en casi todos los hábitats, aunque predomina en zonas de cultivo donde hay coles o en jardines, revoloteando con sus características alas blancas. La mariposa nocturna esfinge de las tabaibas (Hyles euphorbiae), es una de las más abundantes en el Archipiélago. En estado de oruga se alimenta de hojas de tabaiba, y tienen un brillante colorido de verdes, amarillos, verdes y azules. Posiblemente con este colorido advierten a las aves de su toxicidad, ya que retienen en su cuerpo el veneno que posee la tabaiba.

Cabe citar dentro de este ecosistema a la libélula escarlata (Crocothemis erythraea), también llamada ‘caballito de mar’ o ‘fulelé’. Se distribuye por el Mediterráneo, África, Asia y Europa Central; y en Canarias está presente en todas las Islas excepto en Lanzarote y El Hierro. Rondan ambientes acuáticos, charcas, barrancos e incluso piscinas, distinguiéndose claramente por un color rojo intenso el macho y amarillento la hembra. Pone los huevos en el tallo de plantas acuáticas o en objetos flotantes.

En la laurisilva, destaca por su abundancia e interés científico las especies endémicas exclusivas del monteverde, tales como los caracoles Canariella planaria y Hemicicla bidentalis o el escarabajo fausto (Carabus faustus). De este último se han diferenciado dos subespecies: C.f. faustus, que se distribuye por el bosque de Agua García, Anaga y barranco de Badajoz (Güímar); y el C.f. cabrerai, en el Monte del Agua (Teno). Estuvo al borde de la extinción por la abusiva recogida de hojarasca en el pasado.

También son muy importantes los grandes saltamontes predadores pertenecientes a la especie endémica de la Isla y del monteverde, Calliphona koenigi.

Cleopatra canaria o ‘limonera’. (SG)

Entre las mariposas, la especie propia de la laurisilva es la cleopatra canaria o ‘limonera’ (Gonepterix cleobule cleobule). Esta subespecie es endémica de Tenerife y La Gomera, tiene una envergadura alar de 60-68 mm y es de un vivo color amarillo-naranja. Otras mariposas que viven en la laurisilva son la vanesa indica canaria (Vanessa vulcania) y la maculada de las Canarias (Pararge xiphioides). La primera es endémica del Archipiélago y Madeira, de llamativos colores negro y rojo, y la maculada, también habita en matorrales y zonas de cultivo.

En la zona de pinar abundan muchas especies endémicas. Son muy abundantes las moscas, entre ellas, una especie depredadora (Promachus vexator) y gran cantidad de animales comedores de madera como los escarabajos escolíticos, que perforan el interior de la madera dejando largos y complicados laberintos, o el escarabajo bupréstido (Buprestis bertheloti). Este coleóptero endémico, vive en los Pinus canariensis y desarrolla sus larvas en los troncos y ramas. También se da en otras islas como Gran Canaria, La Palma, La Gomera y El Hierro.

En cuanto a las mariposas que viven en el pinar tenemos a la loba (Maniota justina), la lagarta del pino (Macaronesia fortunata) y el sátiro moreno (Hypparchia wyssii), que tiene tres diferentes razas según las Islas. Se da más en el pinar, pero también en bosques y cumbres de Tenerife, fundamentalmente en verano. Entre los arácnidos destaca la araña amarilla del pinar (Olius canariensis).

En el matorral de alta montaña, son abundantes los escarabajos, como el escarabajo gorgojo florícola (Cyphocleonus armitagei), endémico del matorral de cumbre de la Isla. Destaca por su gran tamaño y coloración blanca-negra a bandas, encontrándose en diversas ramas, troncos y flores. También hay un chinche (Eurydema hambladi), de color negro azulado que vive sólo en la hierba pajonera (Descoraunia bourgeana), donde se alimenta. Cabe citar como curiosidad, que si se le desplaza a propósito de su hábitat hacia otra planta, regresa volando a la hierba pajonera.

También se puede encontrar al escarabajo longicornio (Trichoferus roridus), que habita exclusivamente en la alta montaña tinerfeña. Es difícil de ver y su nombre hace referencia a las enormes antenas que posee en relación con su tamaño. Como dato curioso, cabe citar que permanece más de dos años en estado de larva, perforando largas galerías en los troncos de retamas y escobones.

Son frecuentes los escarabajos tenebriónidos, de colores negros como la pimelia (Pimelia ascendens), especie grande y de cuerpo globoso que suele estar bajo piedras o merodeando por las retamas. También los hegeter (Hegeter laterialis),más pequeños y de cuerpo alargado.

Las mariposas del matorral de cumbre son diurnas, destacando la mariposa colibrí (Macroglossum stellatarum), que debe su nombre a la forma rápida de mover las alas. El manto de Canarias (Cyclyrius webbianus) presenta tonos azulados en sus alas, y es muy abundante en las Cañadas del Teide, aunque también está presente en otros ambientes.

Existen otras especies llamativas como la araña del Teide (Acculepeira annulipes), casi exclusiva del matorral de alta montaña que tiene un veneno que solo molesta al ser humano, o la mantis del Teide (Pseudoyersinia teydeana), exclusiva de la alta montaña tinerfeña. Ha perdido la capacidad de volar porque en este lugar no le es necesario, hay mucho alimento disponible. Para cazar, permanece inmóvil en los tallos de algunas plantas esperando que se aproxime algún insecto. Son fáciles de ver en verano y son conocidas popularmente como ‘teresita de Las Cañadas’

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