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  MUNICIPIO DE FASNIA    
 
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4. CLIMA Y AGUA

Clima

Sus tierras, su vegetación y los modos más increíbles de subsistir y adaptarse al territorio por parte de sus habitantes son indicadores de la dureza de su clima. Orientado al sureste de la isla de Tenerife, el municipio de Fasnia se caracteriza por un clima cálido y seco en la costa. En las medianías, el clima es similar al mediterráneo, y a medida que ganamos en altitud se hace más frío.

Al igual que para el resto de la Isla, la localidad se ve influenciada por las borrascas del invierno que traen lluvias, nieve en las cumbres y fuertes vientos durante los meses invernales. El tiempo sahariano o tiempo sur, masa de aire cálido y seco procedente del cercano continente africano, se caracteriza por temperaturas que pueden alcanzar los 40 grados y afectar de manera notable a los cultivos y producir incendios.

El agua

A pesar de un clima seco y riguroso, la localidad destacó por sus nacientes, hoy en su mayoría secos debido a la sobre explotación, y por la presencia de varias fuentes como la Fuente Nueva, del Rio, Fría, de la Zarza, Vieja, etc.

En un paisaje que nos transmite la total ausencia de agua la población se las ingenió para obtenerla creando un bello paisaje agrícola entorno a pequeñas poblaciones de encanto. De este modo surgieron en su territorio diversas obras hidráulicas, en algunos casos en mal estado, pero que representan en la actualidad, uno de los patrimonios históricos y culturales más significativos de la localidad.

Nombrar los abrevaderos, los aljibes, los pozos, los estanques, los canales y las acequias (reparte el agua heredada), en algunos casos tallados sobre la misma roca. Aparte de eso surgen ingeniosas formas de almacenar el agua en los hogares, como las destiladeras, y se crean los molinos, que movidos por la fuerza del agua, valieron para moler el trigo y obtener el gofio.

4.1. La falta de agua hizo que la población local construyera sobre la misma roca volcánica canales para el transporte del agua desde las zonas altas hasta las medianías y la costa. También sirvió para aprovechar el agua de escorrentía. (Francisco Fariña)

La evolución tecnológica permitió extraer el agua del subsuelo con la construcción de galerías, como la de Huaco, tesoro de Fasnia, etc. y de pozos, como el de aldea de San Joaquín o Las Ceras de Fasnia. Esto dotaría de los recursos hídricos necesarios para el autoabastecimiento de la población y la ampliación de sus tierras de cultivo. La abundancia de agua dio lugar a la construcción del Canal del Sur y del Canal del Estado, permitiendo regar los sedientos campos de la franja meridional de la Isla y más tarde abastecer la creciente demanda turística.

Hoy el agua se almacena en estanques, depósitos y pequeñas presas que salpican el paisaje. Sobresale, por encima de todos, la Balsa de Archifira, situada a unos 1.300 metros de altitud y convertida en un importante recurso para la agricultura local, principal consumidor.

Ante la escasez de agua derivada de la sobre explotación, el municipio se sirve de las aguas procedentes de los nuevos métodos de tratamiento de aguas, como la desalación o la depuración, instalados en otros municipios de la Isla, y que gracias a una buena red abastecimiento, llegan hasta el municipio de Fasnia.

4.2. La Balsa de Archifira. (AF)
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