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  1. MUNDO Y VIDA DE LOS ANTIGUOS CANARIOS    
 
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3. EL PROBLEMA DEL NOMBRE: LOS GUANCHES



A los antiguos habitantes de las Islas Canarias se les conoce como «guanches», como hemos señalado, por generalización. Este fenómeno lingüístico de tomar la parte por el todo (sinécdoque), como economía mental, es frecuente en todos los idiomas. Así mismo ocurre con los actuales habitantes de todas las islas que son llamados «canarios», aunque propiamente canarios fueran sólo los naturales de la isla Canaria, hoy llamada Gran Canaria. De hecho, desde los primeros años de la conquista de Lanzarote y Fuerteventura, a los naturales de aquellas islas, los llamaban «canarios», en lugar de  «mahos», que hubiera sido lo propio, tal como figura en Le Canarien.

EL TODO POR LA PARTE. Desde la llegada de los conquistadores, los naturales de Lanzarote y Fuerteventura, eran llamados «canarios», a pesar que ese era el nombre de los naturales de Gran Canaria. Posteriormente, después de la conquista, «canarios» eran los habitantes del archipiélago en su conjunto, mientras que «guanches» eran los naturales del archipiélago en su conjunto, a pesar de que esa era el nombre de los naturales de Tenerife (Ilustración de José Carlos García Gracia).

Tampoco, hoy, nadie cuestiona que se llamen «canarios», en su conjunto, a los habitantes de Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria, Tenerife, Gomera, La Palma El Hierro o La Graciosa, a pesar de tener cada isla su propio gentilicio (lanzaroteños —conejeros—, majoreros, gran-canarios —canariones—, tinerfeños — chicharreros—, gomeros, palmeros, herreños o gracioceros). Otro tanto ocurre con el término guanche, a pesar de haber tenido los habitantes de cada isla su propio gentilicio en la pre-conquista.

a) El proceso histórico facilitador del término

De todas formas, interesa  comprender el proceso histórico que ha ido favoreciendo el que la denominación «guanche» se utilice y se generalice. También conviene conocer las motivaciones por las que, algunas veces, se evita.

En 1483, después de haber sido conquistada Gran Canaria, e integrada en la Corona de Castilla en 1487, en la empresa conquistadora encargada por los Reyes Católicos a Alonso Fernández de Lugo, quedaba La Palma, que fue dominada en 1493 y, por supuesto, Tenerife.

Esta última isla era percibida con expectativas complicadas para poder ser conquistada. Esta percepción existía desde la llegada de los conquistadores europeos, siendo  denominada Isla del Infierno, como indicaban los cronistas de Le Canarien, quienes consideraban que sus habitantes mostraban mayor osadía que otros isleños, fama que les hace confesar que «ni sus compañeros ni otros por él conocidos habían jamás atacado esta isla», aunque también hablaban habiéndola conocido menos.

En 1464, antes de la conquista de Gran Canaria, ya el Señor de Canarias, Diego García de Herrera, pretendió someter a los guanches. Ante su incapacidad, desarrolló una estrategia de acercamiento a través del Acta del Bufadero. Consistió en firmar con los nueve menceyes, o dirigentes guanches, un tratado de paz que le permitía construir una torre. Sin embargo, por incumplimiento de lo acordado, ocho años más tarde (1472), los guanches expulsaron a los europeos de la isla.

De esta forma, y, tras la conquista de Gran Canaria y La Palma, los habitantes de Tenerife, los guanches, por no ser aún dominados, iban siendo la referencia más distintiva de los indígenas canarios, al tiempo que el nombre de canario iba siendo más generalizable respecto al conjunto de los habitantes de todas las islas conquistadas, más allá de su carácter indígena. Esta diferenciación se fue haciendo más notoria progresivamente. Una especial ocasión ocurrió cuando se llevó a cabo la conquista de Tenerife, pues se remarcó más, por oposición, el nombre de los guanches, cuando éstos, en 1494, derrotaron a  Alonso Fernández de Lugo en la Matanza de Acentejo. Era el único pueblo indígena de Canarias sin conquistar.

Este concepto de guanche, se remarca en el segundo intento de la conquista de Tenerife, no tanto porque el conquistador, Alonso Fernández de Lugo, fuera mejor pertrechado, sino porque iba acompañado de gente de otras islas, como canarios (de Gran Canaria) o gomeros, ya incorporados  a la Corona de Castilla. Lógicamente no se podía generalizar todavía como indígena canario.

b) El «efecto recencia» frente al «efecto primacía»

Estas circunstancias, sobre todo, por el «efecto de recencia», lo último frente a loprimero, efecto de primacía, era bastante probable que la representación mental guanche se hiciera más habitual al utilizar una palabra que englobara a los naturales de todas la islas. El «efecto de recencia» explica que se produzca mayor retención o uso de la última palabra, imagen o suceso de una serie. Por ello, era más probable que fueran los más representativos mentalmente los «guanches» al ser los últimos en ser conquistados. Por otra parte, al haberse utilizado el término «canarios» como «efecto de primacía», se había generalizado para la población «normalizada» de las siete islas sin referirse particularmente a la gente indígena.

c) «Colonos y naturales normalizados» frente a «guanches irredentos»: Contraste y conflicto en la inculturación

 La derrota definitiva de los guanches tuvo lugar en 1496. El término usado en las actas del cabildo, muchas veces, era naturales de la isla, pretendiendo desaparecer la palabra guanche respecto a la población «normalizada», utilizándola más bien respecto a personas concretas (Juan Marrero, guanche)  o en casos de mayor confrontación respecto los naturales problemáticos o alzados, que no entraban por los cauces de la nueva civilización: «los otros».

Así, terminada la conquista, el nombre guanches seguía resonando y frecuentemente representaban «los otros diferentes». Unas veces, con los problemas generados por la esclavitud. Otras, en las actas referidas a situaciones de reparto, robo de ganado o animadversión hacia los «guanches alzados». Ejemplo de ello son las inquietudes, ante las acciones de los guanches resistentes, mostradas por los regidores, en sesión del Cabildo de Tenerife, en San Cristóbal de La Laguna, ocho años después de la conquista (9 de enero de 1504), incluso 17 años después de la conquista (1513), tal como se muestra en el siguiente recuadro, donde cambiamos la  grafía antigua de algunas palabras para su mejor comprensión:

ACTITUDES CRÍTICAS CONTRA LOS GUANCHES
 Actas del Cabildo de Tenerife en 1504 y 1513

—«Todos los guanches y guanchas cautivos no pudiesen ser horros (libres) sin servir primero diez e seis años a su señor por los muchos daños e robos que hacían los dichos guanches, pastores de los ganados».

—«Ordenaron que ningún guanche pueda tener ni tenga agora (ahora), sea horro o cautivo, ningunas armas ni género de ellas ofensivas ni defensivas».

—«Son personas muy ligeras e muy astutos y criados en los campos e montañas tras las cabras e ovejas y, si los dichos ganados de los vecinos e moradores los guardan algunos pastores guanches esclavos, estos tales tienen tal sagacidad y poco a poco hurtan a sus amos del ganado e guardan y danlos a los otros guanches libres, y después mércanlos (negocian) e ahórranlos, con lo que así han habido de lo que así hurtaron a sus señores y aun los dichos amos  no se o osan reprender porque no se le alzen e huigan a las montañas y les destruigan los que les quedan».

—«Muchos esclavos guanches que (se huen) andan alzados cinco o seis años entre los libres, porque como todos son de una nación y viven en los campos e sierras acójense y encúbrense unos a otros y esto hácenlo tan sagazmente…».

—«Especialmente porque es gente que aunque unos a otros se quieran mal, encúbrense tanto e guárdanse los secretos que antes morirán que descubrirse, y tienen esto por honra, y este estilo tenían antes que la dicha isla se ganase y todavía se les ha quedado, pues saberlo de ellos por tormentos es imposible, aunque los hagan pedazos, porque jamás por tormento declaran verdad y por ser de esta condición e manera es gente muy dañosa».

d) Reconocimiento de la etnia «guanche» en el reclamo de un derecho

Incluso, un siglo después (1601), existía el reconocimiento de los guanches, como naturales de la isla, en contraste con el resto de la población, en pleitos establecidos.

Concretamente, casi un siglo después de la conquista de Tenerife, a finales del siglo XVI y principios de XVII tuvo lugar el “Pleito de los Naturales”, en el que éstos acudieron a la Real Audiencia de Canaria, ubicada en la isla de Gran Canaria, mediante encendidos litigios judiciales, primero, en 1587 contra los regidores del Cabildo de Tenerife, luego en 1601 contra los frailes dominicos, reclamando su derecho exclusivo a portar en procesión la imagen de la Virgen de Candelaria.

SE MANTIENE LA TRADICIÓN Y SE RATIFICA TRAS EL «PLEITO DE LOS NATURALES», planteado por los guanches casi un siglo después de la conquista de Tenerife, ante la Real Audiencia, que reconocía el derecho de los guanches para portar la imagen de la Virgen de Candelaria en la procesión, habiendo sido ellos a los que se les había aparecido, varios años antes de la llegada de los conquistadores a Canarias. Ellos, los actuales descendientes, con orgullo, se visten de pieles como sus ancestros, siendo un vínculo con la Virgen y con los guanches de hace 600 años. El auto sacramental, que representan en El Socorro (Güímar)  y en Candelaria, es lo que queda vivo de aquella situación experimentada por los naturales con la aparición de la Virgen de Candelaria en las Playas de Chimisay: La imagen apareció en aquel entorno de El Socorro, que aún se conserva, entre guanches que saltan con las lanzas, tocan el bucio y se comunican con silbos,  un rito que se revive cada año (foto, web de Tenerife).

Los guanches argumentaban que muchos años antes de que la Isla se ganase por parte de los cristianos (en torno 1394), la imagen de la Virgen se había aparecido a sus mayores, que la respetaron y reverenciaron.

Ellos alegaron, a su vez, que, después de ganada Isla, y construida su casa o templo, sus antecesores se avecindaron en el dicho término y lugar por su mucha devoción, siendo ellos, los guanches, los que tenían el derecho de sacarla a hombros.

Por eso se quejan de que, años más tarde (1582), el Consejo y Regimiento de esta Isla pretendieran con alboroto e insultos portar la imagen en procesión. Y explican que «sobre ello se litigó ante los señores de la Real Audiencia de Canaria, y nos ampararon en la dicha posesión y uso, mandando con penas que ninguna persona nos perturbase en ella».

Sin embargo, en 1601, hubo nuevos intentos de autoridades y eclesiásticos en ser los portadores de la imagen. Al final, prevaleció el derecho de los guanches y su rito se prolonga hasta la actualidad (ver complemento adjunto: El Pleito de los Naturales y la Identidad Canaria).

Complemento: EL PLEITO DE LOS NATURALES Y LA IDENTIDAD CANARIA

A lo largo de marzo de 1601 Juan Marrero, «guanche, vecino de Candelaria» reúne poderes de representación de los naturales de toda la isla… (Pulsar en "complementos").

e) Por «Guanches» son reconocidos todos los indígenas de las siete islas, según M. Trapero

El catedrático de Filología Española de la Universidad de Las Palmas de Gran Canarias, Maximiano Trapero, asegura que la palabra guanche se refiere a todos los naturales canarios, independientemente de su Isla de residencia. Cree que es una palabra utilizada desde la óptica de los europeos y, en concreto, de los franceses. Se base en los términos «guenchir» y «guenche», debido a los destacados actos de los naturales «en su destreza, puntería y fuerza para arrojar armas; rapidez y agilidad para hurtar e inclinar el cuerpo a fin de evitar un arma arrojadiza, mientras se permanece inmóvil en un punto…».

Él lo argumenta muy bien, basándose, entre otras razones, en que la palabra guanche y variaciones están extendidas por las siete islas.

Él demuestra que el término Guanche no es exclusivo de Tenerife, sino que, por el contrario, está repartido por todo el archipiélago, con presencia abundante en todas y cada una de sus islas; que por esa dispersión y esa generalización, no pueden ser topónimos recientes, sino viejos (consultar COMPLEMENTO).

Evidencia que los lugares que más recibieron el nombre de guanche lo recibieron por la presencia abundante y significativa de esa "raza", hasta el punto de llamar la atención de los españoles, que les pusieran esos nombres justamente por ser los más referenciales.

Otra nota característica que señala es que la mayoría de estos lugares con el nombre de «guanches» eran de evidente utilización por parte de los indígenas (sobre todo cuevas), muchos de ellos todavía con restos arqueológicos (algún tipo de construcción, huesos, restos cerámicos, concheros, etc.) que prueban esa ocupación. Se constata, además, que todos ellos son lugares que están muy apartados de los centros de población históricamente principales. Y, por último, que están muy dispersos y distantes entre sí, diseminados por cada isla.

No obstante, Antonio Tejera reconoce que a lo largo del tiempo, la comodidad de los hablantes ha hecho que el término se generalice y que con él "se refieran a todos los habitantes prehispánicos de Canarias". "En la arqueología, por ejemplo, el vocablo aparece generalizado, pero es distinto el conjunto cultural a modo de grupo, que el nombre con el que se denominaban entre sí", concluye el experto.

Complemento:DIFUSIÓN DE LA PALABRA GUANCHE EN TODAS LAS ISLAS Y SU ORIGEN FRANCÉS

Guanches no son exclusivos de Tenerife, sino que, por el contrario, están… (Pulsar en "complementos").

f) El término «guanches» en las siete islas y su uso por los investigadores extranjeros explica el fenómeno de generalización y representación que alcanzó más allá de los naturales de Tenerife

Frente a lo que plantea M. Trapero, esa generalización no resulta clara en los inicios de la conquista, pues, incluso, los cronistas de Le Canarien, como indicamos en el capítulo anterior, en todo momento se refieren a la población indígena como «canarios». Creemos que esa generalización toponímica de guanche se va haciendo efectiva en la medida que avanza la conquista y después de ella. Concretamente:

1.- Se atribuye el término «guanche», en las distintas islas, a lo que significa huellas o restos de la cultura de los antiguos canarios, como cuevas, construcciones y diferentes materiales, expresiones o situaciones antiguas (letreros, huesos, concheros).

GUANCHA EN GRAN CANARIA. Este espacio denominado La Guancha, palabra que testifica que el término «guanche» se generalizó por todas las islas,  conserva, además de casas, numerosas construcciones funerarias tumulares, algunas de ellas de las más relevantes de Gran Canaria. El mayor de estos monumentos funerarios es el conocido como Túmulo de La Guancha (Patrinet).

2.- Se ha usado el término «guanche», popularmente, en las distintas islas, con una representación mental mítica para referirse a personas fuertes y valientes, incluso, respecto al físico, pues la voz guanche sigue viva en el habla de Canarias con el significado de «hombre de estatura alta y seca», según Álvarez Rixo [1796-1884].

La generalización de usar el término guanche a todos los primeros habitantes de las Islas Canarias se hizo más habitual a partir de los distintos estudios realizados por antropólogos y lingüistas extranjeros. De tal manera, que cuando se busca en cualquiera de los idiomas el contenido referido a los naturales de Canarias, en casi su totalidad, se hace mención a los guanches. Otro tanto expresa la Real Academia de la Lengua Española.

«GUANCHE» Y LA RAE

El Diccionario de la lengua española - Real Academia Española confirma la idea generalizadora para toda Canarias.

GUANCHE. 1. adj. Dicho de una persona: De un pueblo que habitaba las islas Canarias al tiempo de su conquista . U. t. c. s. 2. adj. Perteneciente o relativo a los...

Real Academia Española ...

5. m. Lengua bereber que hablaban los guanches. Real ...

¿Y EL NOMBRE DE ABORIGEN, INDÍGENA, PREHISPÁNICO O AMAZIGH?

ABORIGEN. Algunos prefieren utilizar el término aborigen. Esto tiene dos inconveniente: 1º) que es aplicable a las poblaciones nativas de todos los países; 2º), el término "ab-origen", etimológicamente, como señala Farrujia, «hace referencia a las poblaciones que están en un lugar desde los orígenes, que son originarios del suelo en que viven. Por tanto, si tenemos presente que los primeros pobladores de Canarias proceden del norte de África, no pueden ser catalogados como aborígenes una vez asentados en las islas. Tales poblaciones fueron aborígenes en su punto de origen africano, pero no en Canarias» (Farrujia, 2008).

INDÍGENA. Para Farrujia, el término indígena es, etimológicamente, el más correcto, pues con él se hace referencia a las personas nacidas en un lugar, independientemente del momento cronológico, significando etimológicamente “el nacido ahí”. Se puede aceptar, pero, para nosotros, también es problemático:

1º)  Es cierto que, en un sentido amplio, se suele aplicar a una población originaria del territorio que habita, cuyo establecimiento en el mismo precede al de otros pueblos o cuya presencia es lo suficientemente prolongada y estable como para tenerla por oriunda (es decir, originario de un lugar).  En este caso, sin duda, podría ser aplicado a los guanches.

2º) El término indígena deja sin nombre propio a ese pueblo, porque es utilizable en cualquier otro país, no necesariamente en Canarias.

3º) Para muchos, no deja de ser una perspectiva construida desde fuera, que «remarca a “ellos”, “los otros” y, no a “nosotros”, con lo que mentalmente nos desvinculamos de nuestros antepasados y por consiguiente de nuestras verdaderas raíces».

PRE-HISPÁNICO. Usar el término pre-hispánico también tiene mucho detractores, indicando que los normandos, por ejemplo, no eran hispanos. En ese caso, se prefiere pre-europeos.  Pero, tampoco, porque no recogería, por ejemplo, el periodo indígena tras la conquista, en que persisten ciertas costumbres, defensa de sus derechos, incluso, enfrentamientos, como el de los guanches alzados.

AMAZIGH. El término amazigh  equivale a bereber (imazighen en plural). Hace referencia a la persona perteneciente a un conjunto de etnias autóctonas del norte de África (tamazight, el femenino, referida a la lengua).

GRADO DE AFINIDAD ENTRE LOS DISTINTOS ALFABETOS DE LA FAMILIA LÍBICO-BERÉBER. Similitud aceptable (de 4 a 9) entre islas. Su relación es débil con la zona noroccidental africana y más cercana con la zona más oriental. El círculo rojo pequeño representa las relaciones de Canarias como un todo, cuya proximidad más intensa se da con Macnusa y Ghirza. Mientras que Canarias Occidental está más próxima a Masilio y Líbico Horizontal. Obsérvese  la distancia (1) entre la zona líbica norte (más antigua) y Tifnag, tuareg, sur (más reciente).

El alfabeto líbico-beréber es el sistema autoctóno de escritura de la gente del noroeste de África desde la antigüedad tardía hasta hoy. Eso no implica que exista un tipo de escritura líbica (antigua Numibia y Mauritania), otra Sahariana, a través del gran desierto, y otra tifinag del Sáhara Central en los dos últimos siglos, aún en uso entre los Tuareg. A ellas hay que añadir las inscripciones rupestres de la Cabilia argelina y las líricas de las Islas Canarias.

Se estima que en el norte de África existen entre 25 y 45 millones de  hablantes del bereber o tamazight, aunque presenta muchas variantes. En este sentido, la cultura y lengua guanche sería una de ellas. Admitiendo este origen, resultaría extraño sustituir el término guanche por el de amazigh, pues sería usar el todo por la parte, por ejemplo, sustituir la palabra «manzana», por la de fruta. Eso no quiere decir que la manzana no sea una fruta, pero es una fruta peculiar.

Resumen, hemos dado suficientes razones, históricas, tradicionales,  lingüísticas, psicológicas y funcionales para que al hablar de los antiguos pobladores de Canarias, en su conjunto, se utilice:

  1. «GUANCHES», por ser el nombre habitual y funcional y la forma más genuina, «con nombre propio», diferenciado, así como generalizado dentro y fuera de las islas.

  2. «ANTIGUOS CANARIOS», por ser también un nombre genuino y diferenciado, pero necesitando del adjetivo "antiguos" y que podría producir equívocos.

  3. «INDÍGENAS». Una forma menos genuina, aunque genérica, «sin nombre propio», aplicable a cualquier otro grupo étnico del planeta, diferenciando y remarcando su carácter de cultura primitiva frente a la posteriormente establecida.

  4. «ABORÍGENES». Una forma diferenciada  como cultura originaria, aunque con el término genérico: «aborígenes», con el error etimológico de significar que no proceden de ninguna parte, sino que su "origen" es del mismo lugar donde viven ("ab").

  5. «PRE-HISPANOS» O «PRE-EUROPEOS». Son nombres diferenciados y comparativos contratando la cultura de "antes" frente a la cultura establecida "después". El inconveniente también, en estos casos, es que se deja a una población o etnia «sin nombre propio», resaltando la cultura posteriormente dominante. Además, los guanches están ahí, teniendo acción y expresión  después de que llegaran los españoles y europeos, casi un siglo, durante y después de la conquista. Eso no es óbice para que se consideren las características del grupo originario antes y después de un cambio tan radical.

  6. «AMAZIGHEN».  Tiene forma genuina, no habitual, con un «nombre innovado», «nombre propio» en cuanto a la «denominación de origen», pues abarca diversos grupos dispersos y distintos, especialmente en la zona norteafricana, que son afines en su origen, en cuanto a lengua y costumbres. Sin embargo, no supone un «nombre propio en referencia específica a las poblaciones canarias indígenas».

¿POR QUÉ SE MIRA AL NORTE DE ÁFRICA?

 La relación establecida entre los antiguos canarios y el norte de África se vislumbró desde la segunda mitad del siglo XIV, a raíz del redescubrimiento de las Islas Canarias. Luego se ratificó durante la conquista. Sin embargo, este enfoque se alteró a mediados del siglo XIX. ¿Por qué? Por el empuje  de las teorías evolucionistas, la arqueología, la antropología física y el estudio de las razas. ¿Cuál es la razón? Que se puso en alza la europeización del guanche y la infravaloración de la conexión canario-africana. «En este sentido, se defendió la relación entre los guanches y algunas culturas europeas, como celtas e iberas», pues era una manera de enaltecer la nobleza de la raza guanche y también de ligarla  a las grandes civilizaciones antiguas que es donde se podían reclamar una posición honorable en la historia de la humanidad.

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