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  MUNICIPIO DE ARONA    
 
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  >> 12.MUNDO RURAL Versi�n para imprimir Escuchar art�culo Metadata Patrocinadores Aumentar letra Disminuir letra  


LA VIVIENDA TRADICIONAL

El patrimonio arquitectónico tradicional del municipio de Arona comienza a gestarse con los primeros pobladores que llegaron a esta zona de la isla de Tenerife, tras la conquista. Más tarde, fue tomando su propio carácter con algunos cambios en sus elementos en función del clima, del medio, de los materiales disponibles y del poder adquisitivo de quien la habitaba.

12.13. Vivienda tradicional canaria de dos plantas, ubicada en el casco urbano de Arona. (AAR)

La arquitectura tradicional m�s notable se sit�a en el casco urbano (Bien de interés Cultural, como conjunto histórico) y en su entorno, en el Valle de San Lorenzo, en peque�os pagos abandonados, como el caserío de las Casas Altas, declarado Bien de Interés Cultural, y otros como el de La Fuente, Vento, Altavista, El Pino o Tunez. Valiosos ejemplos que atesoran y mantienen una gran diversidad de elementos patrimoniales y casas tradicionales de gran valor. Se suman casas aisladas que aún se conservan en las áreas costeras y en zonas alejadas conocidas con el nombre de El Cabo, La Cabezada y Chindia.

Principales materiales y tipolog�as

Los materiales más comunes en la construcción de las viviendas tradicionales de Arona fueron la madera, la cal, la piedra volcánica y el barro. Existen diferentes tipologías; por un lado las casas cueva, como las ubicadas en los barrancos, y por otro las casas de dos plantas, propias de la burguesía rural. Las de dos plantas se sit�an en el casco urbano y destacan por sus elementos característicos de la arquitectura tradicional, aunque modificadas por las corrientes estilísticas del XIX. Son viviendas espaciosas, con un patio central o lateral y habitaciones conectadas por corredores abiertos. Otras características son sus fachadas, con ventana en guillotina, aparejos de mampostería y tejados, donde alternan los techos de teja y azotea (propios del sur de la isla de Tenerife).

También están presentes las casas terreras de una sola planta, propias de la población menos adinerada y las haciendas rurales próximas al casco urbano, cuyos ejemplos más peculiares son la Casa de los Tavío y la Casa de Mesa. La arquitectura tradicional religiosa tiene su máximo exponente en la Iglesia San Antonio Abad, construida a finales del siglo XVIII y reedificada en el XIX y ubicada en la plaza del Cristo de la Salud, y un calvario del siglo XVIII, mejorado años más tarde.

Otros elementos del patrimonio arquitect�nico

Entorno a los anteriores caseríos y al casco urbano existen un rico patrimonio rural, sobre todo de aquellos elementos relacionados con las actividades agrarias y ganaderas, y los elementos afines con el agua y el aprovechamiento forestal.

De la actividad agraria surgen los graneros, lagares y el cultivo en jable de la vid y la papa. Por encima de todo destaca el gran número de eras. Se han contado hasta 300, todas ellas fruto de la fuerte actividad cerealista (trigo morisco o cebada en la costa y trigo blanco en la medianía) que vivió la localidad hasta los años 40 del siglo XX. A partir de esta fecha el cultivo comienza a desaparecer. De la industria derivada del cereal también recalcar los molinos de viento (el Verodal).

12.15. Era abandonada cerca del Roque del Conde. (EG)

Los elementos relacionados con la ganadería son variados, están los cobertizos y corrales. Entre los elementos vinculados con el transporte, el municipio es testigo de puentes, túneles, caminos reales, comarcales y locales, y con el aprovechamiento del agua están los canales, galerías, pozos, cantoneras, acequias, estanques, acueductos, lavaderos y tomas de agua.

La falta de atención al medio rural, el “éxodo de población”, la división de la propiedad y, sobre todo, la falta de actividad económica, ha propiciado el deterioro del patrimonio etnográfico del municipio y tienen sumida a la práctica totalidad de los caseríos, viviendas aisladas y otras construcciones rurales del municipio en el olvido.

En los últimos años, las dotaciones presupuestarias de la UE no han permitido mejorar de forma significativa esta situación, debido a una rehabilitación inadecuada de las casas tradicionales y la escasa preocupación por la reparación y conservación. Destinados al turismo rural las intervenciones sobre el patrimonio únicamente se traduce en la reparación y conservación de elementos puntuales obviando su potencial.

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