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  15. CANARIAS EN EL SIGLO XX    
 
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EL ESTRAPERLO Y EL CAMBULLONEO: UNA NECESIDAD

El estraperlo

“De tener holgadamente abastecidas y cubiertas las necesidades en mercaderías selectas y de fácil adquisición por su abundancia y poco precio, se pasó a la escasez y carestía con la inmediata aparición del “estraperlo” y del mercado negro, tan difíciles de combatir. […]

En estas Islas, cupo encontrar una fórmula que compatibilizara la realidad con la ética oficial. Consistió en la aceptación de las mercancías llegadas en los buques bajo la denominación de “sobrantes de gambuza”, o “sobrantes de víveres de consumo”, si bien, previa oferta para conocimiento de precios y calidades y con la condición de que sus artículos fueren ofrecidos a los consorcios almacenistas legalmente constituidos los cuales tendrían el derecho y la opción para realizar las operaciones de manipulación y distribución si las encontraban convenientes y ventajosas. […]

Ante la limitación constatada de los recursos propios y de los importables de la Península, fue necesario ampliar el volumen y los conceptos para las aceptaciones “sobrantes de gambuza” y bajo este título y como tales, se dio entrada en el Archipiélago además de víveres propiamente dichos, a algunas materias primas, cual tabaco en rama, grasa de huesos y aceites industriales con vistas al sostenimiento de actividades cuya paralización hubiera agravado el problema social, ya muy extenso, del paro obrero, aparte de la indotación que pudiera representar tal parada para la cubrición de necesidades de primer orden.”

Capítulo III de la Memoria de la labor realizada por el Mando Económico del Archipiélago entre agosto de 1941 y febrero de 1946.

El cambulloneo

"Buscando el Mando Económico una concordancia entre las disposiciones oficiales del momento y las necesidades isleñas, fue el que su jefe, de acuerdo con la Dirección General de Aduanas autorizara los levantes de todos aquellos artículos llegados a los puertos y que pudieran resultar interesantes para el consumo o para las actividades industriales de estas provincias.

Buscó la regularización e intervención, en cierto modo, para así contabilizar como si fueren recursos propios de las Islas, de los artículos adquiridos a través del tradicional comercio genéricamente conocido por el nominativo del “cambulloneo”.

Con este comercio, en el que las más de las veces no juega la moneda, porque el pago se hace con artículos del país, verificado por un sector de comerciantes que viven enlazados a los tripulantes de los buques de paso, fue posible la vida de un sector de la sociedad y se pudieron encontrar, a veces, artículos necesarios para cubrir, de momento, una necesidad.

De aquí que el Mando Económico decidiese intervenir y reglamentar estas importaciones de artículos cuya gama es de lo más variado.”

Capítulo V de la Memoria de la labor realizada por el Mando Económico del Archipiélago entre agosto de 1941 y febrero de 1946.