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  MUNICIPIO DE LA LAGUNA    
 
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El Turismo en San Crist�bal de La Laguna

Introducción

Desde el momento en que, primero los guanches y posteriormente los castellanos, posaron su mirada en el actual municipio sucumbieron instantáneamente ante la majestuosidad de un paisaje único y genuino que escondía tras de sí una enorme biodiversidad y un clima agradable para el asentamiento humano. Ante tales atractivos (y otras cuestiones como la lejanía a la costa) resulta lógico que en inicio, San Cristóbal de La Laguna, se erigiera como la capital de Canarias, siendo durante muchos años uno de los lugares más prósperos y poblados de todo el Archipiélago. A día de hoy, aunque ya no ostente el título de capital, conserva y aumenta su prestigio día a día merced a su patrimonio natural y a un legado histórico y cultural elaborado con el paso de las épocas. Igualmente, ha sido ese mismo transcurrir del tiempo quien ha ido tiñendo de viviendas y de urbanizaciones el terreno original, dando lugar a un avance del paisaje antrópico y  de un tejido urbano que se expresa sobre todo en la propia capital y en los núcleos costeros de Bajamar y La Punta del Hidalgo. Pero dado que en un principio la población crecía lentamente anclada a un modelo de producción basado en el sector primario y en el aprovechamiento de los recursos, ha sido la actividad turística quien, en última instancia y sobre todo a partir de la década de los 70,  ha desarrollado la fuerza motora que favorece el desarrollo de la población y de edificios y complejos alojativos que den forma a la oferta existente. Sin embargo, todo ello no quiere decir que el diálogo naturaleza-hombre haya dejado de existir, ya que a pesar de la presencia de unos servicios y bienes orientados al producto “sol y playa”  sigue estando presente un claro respeto hacia el entorno rural y natural y sus valores, tal y como lo demuestran iniciativas de turismo rural y activo y la notable presencia de espacios naturales protegidos que aúnan las labores de conservación con la recreación.

En resumidas cuentas, en lo referente al ámbito turístico el municipio de La Laguna ha sabido compaginar un entorno inicialmente natural y rural, caracterizado por espacios de bosque y campos agrícolas, con un espacio más urbano y masificado que se expresa sobre todo en los núcleos más poblados, para ofrecer a los turistas un producto atractivo, atrayente y diverso, en donde se conjuga lo arquitectónico e histórico, con la playa y el monte. De igual modo, y en pos de que dichas premisas cristalicen, todos y cada uno de las localidades que integran al término han sabido poner al servicio de los visitantes una interesante gama de establecimientos alojativos, con distintas tipologías según las inquietudes de los usuarios que se ajustan a las posibilidades turísticas que atesora el territorio. En las próximas líneas llevaremos a cabo un sucinto análisis de las distintas infraestructuras y equipamientos existentes.

Infraestructuras y equipamientos turísticos

La Laguna reúne cada uno de las localidades un conjunto de equipamientos que dan forma y sentido a la oferta turística con la que cuenta. La presencia de áreas protegidas, museos, parques, playas, senderos tradicionales, piscinas artificiales, miradores, albergues u hoteles son ejemplos de dichos equipamientos, los cuales algunos se expresan como grandes infraestructuras (caso por ejemplo de un parque acuático) mientras que otros lo constituyen un conjunto de mesas de madera y fogones instalados en un entorno natural. Todos estos prestan servicios; en algunos casos mediante el pago de un coste monetario, siendo por lo general establecimientos alojativos, y en otros de manera totalmente gratuita, como por ejemplo un parque o unas piscinas artificiales. A continuación llevaremos a cabo una diferenciación entre los equipamientos alojativos y entre el resto de infraestructuras de carácter más o menos turístico que atesora el municipio.

Alojamientos

La Laguna tiene un total de 22 establecimientos alojativos, entre los que se encuentran 8 establecimientos rurales, 4 extrahoteleros y 10 hoteleros, originando un cómputo total a fecha de 2010 de 1161 plazas que se reparten en más de 500 habitaciones. Del mismo modo, aunque observaremos con detenimiento los datos en la tabla 1, cabe destacar que la capital es la que cuenta con un mayor número de establecimientos alojativos autorizados en el municipio, con un total de 6, seguido de Bajamar con 4 y estando Valle Guerra y Guamasa con 3, en su mayoría de carácter rural. Sin embargo, en lo que respecta al número de plazas tiene lugar una inversión de los papeles, ya que es Bajamar el que ocupa el primer puesto con 538, seguido de La Laguna, con casi 300 y La Punta del Hidalgo que oferta un total de 202 plazas repartidas en 93 habitaciones.

Por otra parte y en buena lógica, son los hoteles los que albergan un mayor número de camas  (de ahí la importancia de Bajamar y La Punta del Hidalgo) especialmente porque sobre todo en los entornos de costa, se corresponde con un turismo algo más masivo. Al contrario de lo que ocurre en los establecimientos de turismo rural, los cuales reciben a turistas de un perfil más naturalista, más preocupado por los atractivos del campo que por el sol y la playa. En este sentido señalaremos desde un punto de vista cualitativo y cuantitativo el protagonismo de los establecimientos rurales, extrahoteleros y hoteleros que se insertan en el municipio:

  • Los alojamientos rurales. Se corresponden con casas y hoteles que tienen una arquitectura bien cuidada que imita o ejemplifica los patrones tradicionales de Canarias, al tiempo que se asientan sobre entornos de clara identidad natural, cercanos a las fincas de cultivo y/o con poca relación con el medio urbano. No cuentan disponen de grandes habitaciones, limitándose por lo general a cuartos dobles o individuales con equipamientos para aquellas personas que deseen un espacio de paz y calma o un contacto más evidente con las actividades y los valores agrícolas. También se corresponde con turistas con una clara orientación hacia las actividades deportivas realizadas en el medio natural, ajenos en su mayoría a la vorágine de la vida en la ciudad.

Desde el punto de vista estadístico, el cómputo en el municipio se corresponde con 8 (7 casas rurales y un hotel) establecimientos que suman un total de 35 habitaciones y 70 plazas. Entre las localidades poblaciones que cuentan con establecimientos rurales se encuentran Guamasa (con dos casa rurales), La Punta del Hidalgo, San Cristóbal de La Laguna y Tejina con sus respectivas casas rurales y Valle de Guerra, que atesora un total de 3 establecimientos, entre los que se encuentra un hotel rural que cuenta con 12 habitaciones y 22 plazas.

  • Establecimientos extrahoteleros. Se corresponde especialmente con apartamentos, esto es; unidades de vivienda  relativamente grandes que comprenden varias habitaciones para proporcionar instalaciones completas para un individuo o una pequeña familia. No siguen patrones tradicionales por lo que guardan similitudes con establecimientos hoteleros pero con menos lujos y servicios. Están concebidos para el alquiler y cuentan con una mayor demanda en los meses de vacaciones, sobre todo en la época veraniega. Se corresponde con turistas que buscan estar en contacto con el mar y el clima soleado.

En La Laguna se encuentran prácticamente en las localidades de Bajamar y Punta del Hidalgo, si bien en Guamasa también con una vivienda turística de 2 habitaciones y 4 plazas. Sin embargo, las 410 plazas y 135 habitaciones restantes se reparten en los 3 establecimientos que hay en Bajamar (216 plazas en dos apartamentos) y la Punta del Hidalgo, siendo este último el que cuenta con el apartamento más demandando y de mayor capacidad de todo el municipio, el mítico El Océano, el cual cuenta con 194 plazas repartidas en 89 habitaciones. Cabe destacar que aunque en la actualidad siguen teniendo un éxito relativo, su época gloriosa fue en las décadas pasadas, cuando el turismo de sol y playa en el norte ocupaba todas las camas habidas y por haber en toda la isla.

  • Establecimientos hoteleros. Son por lo general hoteles, aunque también se incluyen otros establecimientos como las pensiones y los hoteles apartamentos. Son los edificios de mayor capacidad y sobre todo en el caso de Bajamar, se corresponde con instalaciones más lujosas, con piscinas y servicios turísticos como saunas, cafeterías, restaurantes o centros de talasoterapia.

 

En La Laguna hay un total de 10 establecimientos, en su mayoría pensiones de poco tamaño que sobre todo se localizan en los barrios del área metropolitana. San Cristóbal de La Laguna tiene un total de 5 establecimientos (tres de los cuales pensiones y dos hoteles, entre los que se encuentran el hotel Aguere y Nivaria) y un total de 281 plazas. La Cuesta y Taco, con dos y una pensión respectivamente suman en total 72 plazas y 45 habitaciones, ofreciendo por tanto una apuesta humilde pero con una demanda importante. Finalmente Bajamar se erige como el principal receptor de turistas, con un total de 2 hoteles de 3 estrellas que ofrecen en conjunto 322 plazas.

Otras instalaciones y servicios

El resto de los equipamientos turísticos están al margen del patrimonio arquitectónico y de la diversa oferta de establecimientos de restauración, por lo que lo catalogamos en distintos grupos que hacen referencia a las características de los mismos. De esta forma encontramos equipamientos de carácter cultural, equipamientos de sol y playa y equipamientos de naturaleza.

Dentro de los equipamientos culturales es encuentran las salas de exposiciones, el insigne Teatro Leal, ya rehabilitado y los múltiples museos, entre los que citan el Museo de las Ciencias y el Cosmos, el Museo de Antropología de Tenerife La casa del Carta en Valle Guerra y el Museo de historia de Tenerife, en San Cristóbal de La Laguna.

Entre los equipamientos de carácter natural se destacan los numerosos miradores que se reparten por todo el municipio, desde la Mesa Mota hasta el Parque Rural de Anaga y la red de senderos que recorre los dominios del término, tanto en el entorno de la citada área protegida como en otros puntos en donde el patrimonio natural tiene protagonismo.

Finalmente los equipamientos de sol y plaza se sitúan en las localidades costeras y por antonomasia más turísticas de La Punta del Hidalgo y Bajamar, las cuales tienen en su haber varias piscinas artificiales, naturales y artificiales que cumplen con los deseos de los bañistas y de las personas que desean tener contacto con el medio marino. En dichos entornos, además de disfrutar de unas instalaciones ejemplares también pueden disfrutar de los frutos del mar que se comercializan y se sirven en los restaurantes que aparecen en la costa.

Fabio A. Correa Plasencia