Las pintaderas son unos objetos característicos de la arqueología de Gran Canaria, y sin duda uno de los mejores definidores de su cultura material, al ser la única isla del archipiélago en donde se han documentado. Son unos sellos de arcilla —hay algunos también de madera—, cuya adscripción a la sociedad aborigen, sin embargo, resulta muy sospechosa, como ya lo señalara Celso Martín de Guzmán.
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Pintadera cuadrangular (Gran Canaria). |
Pintadera circuliforme (Gran Canaria). |
Pintadera cuadrangular de Gran Canaria. |
Las de arcilla son piezas de pequeño tamaño que toman los colores propios de esta materia prima, con tonalidades que van del rojo al negro. Tienen un apéndice vertical, de forma cilíndrica, unas veces perforado en la punta y otras ciego, unido a una base plana de forma romboidal, triangular, cuadrada o circular, junto a algunos ejemplos no muy abundantes, de tipo bitriangular, así como otros curvos u ovales. Sus bases, que rara vez superan los 5 cm, están decoradas con una gama variada de motivos geométricos, que van desde un tipo de panal, de celdilla romboidal, círculos concéntricos, ajedrezados, entre otros muchos, que se repiten también en las cerámicas y en las paredes decoradas de las cuevas, cuyo paradigma es la Cueva Pintada de Gáldar, adornada con temas geométricos, entre los que sobresalen los cuadrados, triángulos, círculos, temas todos combinados en colores rojizos, ocres, blancos, semejantes a los de estos y otros objetos muebles como la cerámica, así como en las pieles decoradas de algunos vestidos, con motivos semejantes, seguramente pertenecientes a personajes nobles, que quizá podrían ser los blasones a los que se refiere el texto de la crónica Le Canarien, cuando alude al vestido de los hombres diciendo que la mayoría lleva blasones de distintas formas grabados en el cuerpo, cada uno según su gusto 97, lo que ha hecho pensar que fuera esta —entre otras, como también la de servir de amuletos— las posibles funciones a las que se destinaron, ya que la información arqueológica no nos ha permitido definirle ninguna de manera precisa, aunque su nombre provenga precisamente de la creencia de que se usaran para tatuarse o pintarse el cuerpo, basándose sobre todo en el texto citado. Una de estas piezas, hallada en Acusa (Tejeda), conservaba restos de almagre, de color rojo, que serviría para impresionar los motivos inscritos, pero no necesariamente para realizar tatuajes, o decorar las pieles, sino, como bien supuso George Marcy, para marcar sus símbolos sobre el barro fresco que rodeaba las puertas de madera con las que se cerraban los cubículos de los silos o graneros colectivos. Y como quiera que todos los motivos decorativos son diferentes, podría interpretarse como rasgo distintivo de pertenencia a un linaje o grupo familiar, como señal diferenciadora de cada uno de los grupos sociales.
* TEJERA GASPAR, A. y JIMÉNEZ GONZÁLEZ J.J. (2008) Tercera parte: Arte, Religión y Mitología en la Era Prehispánica (147-148); en TEJERA GASPAR, A., JIMÉNEZ GONZÁLEZ, J. J. y ALLEN HERNÁNDEZ, J. 2008: Las manifestaciones artísticas prehispánicas y su huella. Santa Cruz de Tenerife-Las Palmas de Gran Canaria, Viceconsejería de Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias.
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