El cultivo de la caña de azúcar alcanzó su  máxima extensión en la primera mitad del   siglo XVI. Los ingenios azucareros proliferaron por todas partes y la  exportación hacia Europa fue tan importante, que Canarias llegó a ser  conocida por «Las islas del azúcar». 
	La ruina del cultivo tiene lugar en la  segunda mitad del siglo, a causa de la competencia del azúcar que, procedente  de la costa occidental marroquí y de América  ,llegaba a  Europa en mejores condiciones de precios (y eso que las primeras plantas fueron  llevadas a aquel continente desde Canarias). Con el reinado de Felipe II, las  viñas alcanzan ya gran extensión, muy especialmente en las islas de Tenerife,  Gran Canaria y La Palma. 
	Los vinos comienzan  a exportarse en cantidades considerables a Inglaterra y América, hecho  que acarrea un activo tráfico comercial en los puertos isleños  . 
	Las Islas de Señorío permanecen, en cierto modo,  marginadas de este beneficioso tráfico, ya que sus cultivos predominantes serán  los de subsistencia. Sin embargo, se debe considerar su función de  abastecimiento a las islas con mayor desarrollo comercial. 
	
      
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        | Arruinado el comercio del azúcar, es el vino, el  cual comienza ha exportarse en grandes cantidades, el sustentador de la economía  canaria. (FTR) | 
       
     
	EL RÉGIMEN  COMERCIAL CON INDIAS Y SU INCIDENCIA EN LA ECONOMÍA 
	En este siglo, y hasta 1610, las Canarias disfrutaron  de una casi libertad para comerciar con Indias, a pesar del monopolio de  la Casa de Contratación de Sevilla. 
	El establecimiento de este régimen excepcional de comercio con Indias obedeció, al parecer, a una triple razón: 
	
	  - La necesidad de atender al abastecimiento  de las Indias.
 
	  - La posición  geográfica de  Canarias.
 
	  - La conveniencia que han tenido  siempre las Islas de exportar como forma de garantizar su propia  subsistencia.
 
	   
	Además de este comercio legal con América, existía otro  clandestino de tanta importancia como el primero. Todas las islas tenían  derecho a comerciar con el Nuevo Continente, a condición de pasar por los Juzgados  de Indias, que a tal fin  fueron creados en La Palma, Gran Canaria y Tenerife, donde se llevaba un  registro de las mercancías embarcadas. El Comercio comprendía toda clase de  mercancías, si bien existían algunas prohibiciones; por ejemplo, no se podía  embarcar esclavos ni mujeres sin licencia real. 
	
      
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        Recoleta plaza de La Pila, Icod de Los Vinos. En la  segunda mitad del siglo XVI, Canarias, en concreto, el norte y la Isla Baja de  Tenerife, con la exportación de vinos, gozó de prosperidad y esplendor  económico. (AIV)  | 
       
     
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	 Este régimen comercial con Indias, frente al monopolio del puerto único peninsular, permite a las Islas beneficiarse del tráfico  americano. Si a esto añadimos el lucrativo comercio azucarero, que se  realizaba con Europa durante la primera mitad de siglo, y el creciente negocio  de exportación de vinos, en su segunda mitad, podemos asegurar que las  Canarias, en este siglo XVI, conocieron momentos de prosperidad y hasta de  esplendor económico. 
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	LA POBLACIÓN 
	Al parecer, la población del Archipiélago fue  incrementándose paulatinamente a lo largo del siglo XVI. Según cálculos aproximados,  hacia 1560, la población ascendería a unos cuarenta mil habitantes  . Sin  embargo, un recuento de vecinos hecho unos veinte años más tarde da, por islas,  la siguiente población: 
	
           
             Lanzarote Fuerteventura Gran Canaria 
             Tenerife La Gomera La Palma El Hierro                  | 
             500 hab. 1.000 hab. 8.000 hab. 18.000 hab.  1.000 hab. 
             5.000 hab. 800 hab.                 | 
            
          
		 Salta a la vista que las tres Islas de Realengo (La Palma, Gran Canaria y Tenerife) mantienen un  mayor número de habitantes por dos razones: primera, porque los cultivos de  caña y vid habían alcanzado mayor extensión, y segunda, porque al ser islas de  administración real, resultaban más deseables para el poblamiento que las de  señorío. 
		 A los  primeros colonizadores de las Islas se fueron incorporando gentes de los más  diversos orígenes: gente de frontera, desde holandeses hasta moriscos.  Resaltemos también la llegada de esclavos negros, traídos por los hacendados  isleños para el trabajo en las plantaciones azucareras. La corriente  inmigratoria de portugueses a las Islas continuó durante todo este siglo.  Por supuesto, la emigración a Indias también había comenzado. 
		 En  este siglo, los puertos de Las Palmas, Santa Cruz de La Palma, San Sebastián de  La Gomera y Garachico desarrollan un activo tráfico. Puertos que sufren,  repetidas veces, las embestidas y saqueos de los piratas que infestaban los  mares de las Islas; así la próspera población de Santa Cruz de La Palma, a  mitad de siglo, fue reducida a cenizas, debido al fuego provocado por los  corsarios. Parecida desgracia le ocurrió a Teguise, San Sebastián de La Gomera  y Betancuria. 
		 La  Laguna, que desde 1531 había obtenido el título de ciudad, pasaba ya, hacia 1550, de los cinco  mil habitantes y acogía a gran número de comerciantes españoles y extranjeros  . 
Los puertos canarios del siglo XVI 
		 
		    
		 
		 
		 APARICIÓN DE LA PIRATERÍA 
		 Al iniciarse el reinado de Carlos I, empieza a tomar  auge el fenómeno de la piratería. Las flotas de Indias cargadas de tesoros  pasaban por Canarias y de rebote las Islas sufrían sus ataques. En esta primera  mitad de siglo, son franceses hugonotes los que azotan villas y puertos.  Al comienzo del reinado de Felipe II, las Islas conocen unos años de paz, al  casarse el rey de España con María Tudor de Inglaterra, pero esta fase duró  poco. 
		 A la muerte de la reina, los piratas ingleses asolan las Islas durante toda la segunda mitad de siglo, a quienes se unen en  el último tercio los piratas berberiscos. 
		 CREACIÓN DE LA AUDIENCIA DE CANARIAS 
		 En 1527, por real cédula del Emperador, se creó la Audiencia de Canarias con residencia en Las Palmas de Gran Canaria. Tal organismo era un alto tribunal de justicia, que además tenía atribuciones políticas y militares.  La Audiencia contaba con tres jueces (oidores) e informaban al rey de cuanto  acontecía en el Archipiélago. De hecho, el primer intento formal de organizar las  milicias isleñas partió de la Audiencia, en 1572, con la creación de  tercios, a cargo de cabos u oficiales del país, obligando a todos los hombres  mayores de dieciséis años a tomar las armas, en caso de peligro. 
		 	
	
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		  Real Cédula de creación de la Real  Audiencia de Canarias 
		 Don Carlos, por la gracia de Dios, Rey de Romanos y  Emperador siempre Augusto, doña Juana, su madre... Reyes de Castilla, de León,  de Aragón... de las islas de Canaria,... por más alivio de nuestros súbditos,  acatando la gran distancia del camino, así por mar como por tierra... y porque  los vecinos de ellas [islas] no reciban vejación, ni fatiga en venir en  seguimiento de los pleitos a la dicha Audiencia... que de aquí adelante estén y  residan en la dicha isla de Gran Canaria tres Jueces, cuales por Nos serán nombrados,  que no sean naturales de las dichas islas, ni vecinos de ellas, a los cuales  dichos Jueces damos poder y facultad para que todos tres juntamente conozcan de  los pleitos y causas que ante ellos vinieren de los vecinos de las dichas  islas, y su jurisdicción, en grado de apelación... Ídem ordenamos y mandamos  que si, de los gobernadores de las dichas Islas o de sus Tenientes o de otras  cualesquiera Justicias de ellas, así realengas como de señorío, fuere apelado y  suplicado de los pleitos y causas que ante ellos se tratan y trataren, que la  apelación y suplicación de ellos enlas causas civiles, sean para ante los  dichos tres Jueces... Y si de ellos [los jueces] fuere apelado y suplicado...  mandamos que sean para ante los dichos nuestro Presidente y Oidores de la dicha  Audiencia [de Granada] 
		 
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