| Santiago del Teide cuenta con una  reducida oferta alojativa en materia de turismo rural, en gran parte debido a  que la inmensa mayoría de los servicios  hoteleros se localizan en los entornos costeros, en donde se levantan los infraestructuras  de sol y playa. Sin embargo, a pesar de que aún le quede mucho que avanzar en lo que se refiere al turismo rural, no cabe duda de que, sobre todo en el entorno de medianías y cumbre, existen un buen número de atractivos propios para los turistas interesados en la naturaleza y en las costumbres y valores de la localidad.  El centro de alfarería, la  espectacular panorámica de Valle de Santiago, las fincas de uvas presentes y su  situación de “bisagra” con el norte de la isla son argumentos más que sólidos  para atraer a individuos interesados en valores culturales y paisajísticos, respetuosos con el medio natural y con la historia de Canarias. A este respecto, cabe destacar la extensa red  de senderos con la que cuenta el municipio, que conduce tanto al Macizo de Teno como al interesante volcán Chinyero, haciendo, sin duda, las delicias de todos aquellos que practican el senderismo. Por su parte, apenas se contabilizan tres infraestructuras de carácter rural en el  municipio. De todas ellas destacan dos, que más que ser una casa rural  estricta, constituyen hoteles, que con tipología y filosofía tradicional,  disponen de todo tipo de comodidades, con grandes equipamientos destinados al  confort del turista. Uno de ellos es el Hotel Rural Casa del Patio, de estilo familiar y con catorce habitaciones, de distintas  categorías.  El otro gran destino es el Hotel Rural Señorío del Valle, situado  junto al Centro de Visitantes Se�orío del Valle, en un enclave bien cercano a  distintas rutas para la práctica del senderismo. Al igual que el caso anterior,  contiene todo tipo de comodidades, incluyendo adaptaciones para minusválidos y  excursiones tanto a caballo como a pie. Otros servicios La oferta turística del municipio se completa y se establece en el desarrollado aparato recreacional y alojativo que tiene lugar en los núcleos de Puerto de Santiago, Acantilado de los Gigantes y Playa del Arena, en donde se elevan hoteles de gama alta cercanos a las  playas y con piscinas y otras infraestructuras en su interior. Cabe destacar igualmente el turismo de talasoterapia que existen en los mismos, así como otros los distintos tours organizados tanto por tierra como por mar, teniendo como principal atractivo, en el caso de las excursiones por mar, la observación de cetáceos, muchas de las cuales tienen como principal  destino la playa de Masca, en el municipio de Buenavista. 
        
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          | 12.5. La observación de cetáceos es un atractivo turístico muy común en Santiago del Teide. (SG) |  Igualmente, las posibilidades turísticas quedarían incompletas si no se menciona la interesante  red de senderos que se distribuyen por distintos sectores del espacio. En esta  ocasión destacamos tres, por sus características paisajísticas y naturales. Principales  senderos del municipios Tamaino- Acantilado de los Gigantes 
        
          | Longitud:  8 kilómetros Duración: 4 horas Dificultad: media El caminante puede disfrutar de un  espacio compuesto por numerosos atractivos tanto paisajísticos como geológicos,  botánicos y etnográficos.  |  El inicio del sendero parte desde la  plaza de Tamaimo, siguiendo una calle que nos acerca al barranco de Santiago para continuar por un canal que lleva hasta la boca de un túnel de unos 1.300 metros, construido  para transportar agua de la galería El Sauce del barranco del Natero. Sin lugar  a dudas, el aspecto humano más impresionante de este paisaje ha sido la obra  hidráulica realizada, tanto para el alumbramiento de las aguas fósiles,  galerías, como para la canalización y transporte de este escaso recurso en una  orografía de profundos barrancos y paredes verticales.   Al salir del túnel, en el barranco “Mancha  de los Díaz”, se observa la continuidad del canal y en frente una notable panorámica del roque Chimanaye,  que son las partes más altas de los restos de una colada de naturaleza sálica. También se puede comprobar una extraordinaria  vegetación principalmente de cardonal-tabaibal adaptada a su entorno con varios  endemismos, la cual es incluso más bonita si se visita a principios de año  después de las primeras lluvias. Entre las especies más abundantes se encuentra el retamón (Teline osyroides), el cardón (Euphorbia canariensis),  la leña blanca (Neochamaelea pulverlulenta) y  especialmente la tabaiba roja, endemismo de Tenerife (Euphorbia atropurpurea). Así pues, el primer tramo del camino,  después del salir del túnel, es bajar al fondo del barranco, donde vamos a  encontrar la galería de La Junquera, con un pequeño caudal que está canalizando  hacia Los Acantilados. 
        
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          | 12.6. El sendero, que transcurre   en su mayor parte por el Acantilado, contiene tramos realmente  impresionantes, teniendo al vértigo de acompañante. (SG) |  A la media hora de camino se cruza el  cauce hacia la izquierda para alejarse del barranco, encontrándose un canal que  acerca al visitante a la boca del segundo túnel, un poco más pequeño que el  anterior, un kilómetro aproximadamente de largo. A la salida del mismo nos encontramos con una vista general de la  urbanización “Acantilado de los Gigantes”, con su muelle deportivo y el  caminante se sorprenderá, con una inolvidable sensación de vértigo, que no  podrá ver el camino por donde acaba de llegar. A continuación se baja con  precaución a la izquierda de un gran balo, para ir hacia la derecha, en donde  se toma, hacia atrás, el camino atravesando un dique para acercarnos a un  extraordinario mirador que sitúa al senderista justo encima del acantilado,  donde es prácticamente imposible evitar el vértigo; la transparencia de las azules aguas permiten ver los marrones de las aguas marinas y la verticalidad de la costa asusta con el poder y la grandeza del tiempo geológico. A partir de aquí, tiene lugar el tramo  final del sendero, en donde se observa una mayor aridez del paisaje con algunas  especies como la lechuga de mar y un endemismo de Tenerife, la famosa amargosa  (Vierarea laevigata). El camino, casi horizontal, va dejando atrás,  de tramo en tramo, unas espectaculares panorámicas de la magnitud del  Acantilado. El sendero finaliza en la calle de Las Tabaibas.  Sendero del Chinyero 
        
          | Longitud:  5,7-7,7 kilómetros (con la subida a Boca Cangrejo y Montaña del Estrecho) Duración: 3 horas y treinta minutos Dificultad: media. Sus principales valores son generalmente de carácter paisajístico y  geológico, encontrando hitos tan interesantes como Montaña Boca Cangrejo,  Montaña del Estrecho y la Reserva Especial del volcán Chinyero. |  El camino comienza  junto a una pista forestal y de la Montaña Boca Cangrejo que aparece entre los puntos kilométricos 14 y 15 de la  carretera TF-38, en donde junto a una barrera que impide el paso de  vehículos hay una pista se adentra al  lugar conocido como Los Poleos, hacia la Reserva Natural Especial del Chinyero, como así lo señala una indicación al comienzo del  recorrido. La pista está perfectamente delimitada por una fila  de piedras que serpentea bajo las faldas de Montaña Boca Cangrejo, y se adentra  llaneando en un bosque de pinos canarios (Pinus canariensis) hasta que a unos cuatrocientos metros aparece un claro del bosque y un pino monterrey (Pinus radiata) en el centro del mismo. Frente a  éste, e ignorando la pista que sigue hacia la izquierda nos fijaremos en el  recorrido perfectamente marcado de la circular del Chinyero, tendremos que  tomar hacia la izquierda por dicho sendero junto a una pequeña estación  meteorológica compuesta de un pluviómetro y otros medidores, haciendo un  recorrido llano que discurre bajo el pinar con un sotobosque de codesos de cumbre (Adenocarpus viscosus), morgallanas (Ranunculus cortusifolius), corazoncillos (Lotus campylocladus) e incluso menta (Mentha pulegium). Posteriormente, el camino sigue su curso, esta vez rodeando lo que parece ser una antigua era, y unos minutos después cruza la pista de tierra y desciende junto al frente de  lava del volcán introduciéndose inmediatamente en la misma lava hasta llegar de  nuevo a la pista forestal donde hay una señalización que indica la alternativa  PR-TF-43.3. Dicha alternativa la ignoraremos para seguir andando sobre la pista  que cruza la lengua de lava que descendió en el momento de la erupción entre la  Montaña del Centeno (1.483 m) y la del Estrecho (1.521 m) pudiendo observar  grandes bloques y sedimentos correspondientes al material volcánico. Pasada la lengua de lava la pista llanea y  va recta bajo la citada Montaña del Estrecho hasta que en unos trescientos  cincuenta metros aparece la siguiente señalización indicadora de la segunda  alternativa de la ruta, el PR-TF-43.2 que se dirige hacia Los Partidos.         En este  punto hay que desviarse hacia la derecha por unos escalones de piedra, para  enfocar hacia el Volcán Chinyero, la ruta propuesta. Antes de internarnos por  las lavas del volcán, es necesario fijarse a la izquierda que sube un camino en  fuerte ascenso hacia la pista que circunda la Montaña del Estrecho y que llega  hasta su cima, para que, en unos minutos estar en la cumbre donde hay un  refugio que está cerrado, desde aquí tendremos unas vistas magníficas de  Montaña Bilma, cono monogénico de naturaleza basáltica. De regreso por el mismo  camino, se pueden observar  las cumbres  de El Teide, Pico Viejo y por supuesto, del Volcán Chinyero (1.558 m), los tres alineados en el mismo eje estructural hacia dorsal de Bilma- Abeque,  con sus correspondientes frentes de lava, un triángulo volcánico de primer  orden paisajístico. Sendero  de El Chinyero 
        12.7. Imágenes que muestran buena parte del itinerario que tiene el  sendero hacia el volcán Chinyero. (Francisco Fariña) A la vuelta, se llega de nuevo a la pista forestal, para subir por los escalones de piedra  que se meten de lleno en otra lengua de lava diferente a la anterior; el  sendero está marcado y formado por un  firme pedregoso de color rojizo. Zigzagueando por esta senda, se pasa junto a  un roque de gran tamaño y después de un brusco descenso llegaremos a un tramo  entre pinar que llanea entre codesos de cumbre y algún ejemplar aislado de cardo, para salir de nuevo del pinar donde podremos observar entre algunos escobones (Chamaecytisus proliferus), diversas grietas y grandes bloques de lava que dejó aquí la erupción. Pasado este  punto, entramos de nuevo en el pinar y  en unos minutos encontraremos una pista forestal que se ignora, para  encontrar otra vez el sendero pedregoso, el cual discurre tanto en tramos de  subida como de bajada, en los barranquillos junto al sendero podremos ver  multitud de bejequillos (Aeonium spathulatum) y menta (Mentha pulegium). Trescientos cincuenta metros después encontraremos otra pista de tierra donde una señal nos indica el camino a  seguir, recorremos unos cien metros más andando por dicha pista y nos  encontramos con un cruce de caminos donde otra señal del PR-TF-43 nos muestra a  la izquierda la dirección hacia el Parque  Recreativo de Arenas Negras y Garachico, la pista sigue su curso de frente  y nosotros tomaremos a la derecha siguiendo las instrucciones de la señal que  nos indica la circular del Chinyero. El camino  asciende ahora entre pinar y teniendo a nuestra derecha y a lo lejos, la  Montaña del Estrecho que se eleva junto al malpaís que hemos venido cruzando, y  después de salvar un tramo por unas escaleras de piedra, tendremos a la vista  el Chinyero y la cima del Teide. Luego desciende suavemente y va recto hasta  encontrarnos un nuevo cruce que ignoraremos, desviándonos a la derecha y  entrando de lleno en las lavas del  Chinyero teniendo unas vistas magníficas del volcán propiamente dicho, del Teide y de Pico Viejo que se elevan sobre un inmenso pinar. Seguiremos el sendero perfectamente marcado hasta encontrarnos con una pista muy pedregosa a la derecha que se adentra en el paraje natural y desde donde tendremos las  mejores panorámicas del entorno y un lugar perfecto para un pequeño descanso. Más  adelante volveremos al sendero original que sigue su curso junto a la pista  forestal, en donde es fácil encontrarnos algunos ejemplares de pinz�n azul  (Fringilla teydea), desviándose luego  de ésta y ascendiendo entre el pinar por  las faldas de Montaña de Abeque (1749 m.). En un  momento determinado encontraremos un espacio amplio con un banco de piedra  junto a un pino centenario, sitio ideal con vistas panorámicas del Chinyero, y  luego el sendero desciende y zigzaguea para un tiempo después pasar a llanear. Llega  un momento en que nos encontraremos un cruce de caminos sin señalizar,  siguiendo de frente, la senda se estrecha y va descendiendo poco a poco entre  multitud de corazoncillos (Lotus campylocladus) hacia una degollada  donde se alza Montaña de Boca Cangrejo (1579 m.); en su cara norte hay un camino que asciende hacia la cumbre desde la  cual podremos observar las diferentes bocas eruptivas de dicho volcán y desde  donde las vistas del Chinyero con sus frentes de lava son impresionantes, al igual que el entorno volcánico plagado  de conos volcánicos. Finalmente, de vuelta al último punto de cruce de sendas, se continua por el camino  original descendiendo y zigzagueando entre un árido bosque de pinos. Cuando encontremos varios pinos de grandes dimensiones, que han sobrevivido el paso del tiempo, al lado del camino se  alcanza la pista forestal del principio del itinerario, para que en  quinientos metros lleguemos al inicio de este espectacular recorrido circular. |