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  1. GEOGRAFÍA FÍSICA    
 
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Clima

A grandes rasgos, el clima de la isla de Gran Canaria participa de las características que comparte el resto del Archipiélago. Debido principalmente a la orografía de las islas, es imposible incluir en un solo clima a todo el territorio, ya que en muy poco espacio hay variaciones muy fuertes de altitud, lo que provoca también unas variaciones importantes de temperatura y precipitaciones. Otros factores que condicionan la climatología de la isla son la latitud geográfica, el mar, la cercanía al continente africano, la orientación, etc.

Un elemento que incide enormemente en la climatología de todo el Archipiélago y, por tanto, en Gran Canaria, es su situación geográfica, que facilita que hasta él puedan llegar diferentes tipos de masas de aire. La que más afecta a Canarias es la de los Alisios, una masa de aire de dirección noreste que destaca por traer estabilidad atmosférica y escasa nubosidad. En Gran Canaria, forma un mar de nubes que se conoce con el nombre de ‘panza de burro’, que se asienta sobre la capital sobre todo en los meses de verano. Juega un papel fundamental en el equilibrio de los ecosistemas insulares sobre todo por su gran aporte de humedad.

En general, la temperatura media es suave, tanto en invierno como en verano. Las mínimas de invierno están por encima de los 10ºC, mientras que las máximas del verano oscilan alrededor de los 24ºC. De forma excepcional se pueden alcanzar máximas de 40º (olas de calor).

Las precipitaciones medias anuales de la isla oscilan alrededor de los 300 mm, con zonas costeras del sur que no superan los 100 mm frente a cumbres orientadas al norte que superan los 800 mm. Se dan largos períodos de escasas lluvias, que se intercalan con años de lluvias, pero que son más escasos.

La combinación con elementos como el relieve, ha dado al clima de Gran Canaria unas peculiaridades que complican un poco las características anteriores. Se da un dualismo entre la fachada norte, más húmeda y la sur, más seca. Pero también encontramos una variedad de microclimas de difícil clasificación. Podemos hacer dos grupos en los que incluyamos por un lado, los climas frescos de la vertiente norte y por el otro, los climas más secos de la vertiente sur.

  • Los climas de barlovento. Las temperaturas son más suaves por la influencia de los alisios, con microclimas cálidos de veranos frescos (la isla baja de la costa Norte y Noreste) y áreas ligeramente más cálidas de veranos frescos (la costa del Noroeste y el Oeste). En la cumbre, en las vertientes orientadas al norte, también se distinguen varios microclimas. Por un lado tenemos las zonas húmedas con lluvias de invierno y veranos frescos (los Altos de Guía y Gáldar, Moya, Valleseco) y otras también húmedas, pero con veranos más secos y calurosos (pinares de Tamadaba, Altavista, etc).

  • Los climas de la fachada de sotavento. Las precipitaciones anuales medias son inferiores a los 100 mm y se sitúan en el invierno. El verano es completamente seco. También podemos distinguir en las cotas superiores un microclima un poco más húmedo, en el que en verano se pueden alcanzar precipitaciones de 200 mm.

A parte de estas características generales, nos podemos encontrar en toda la isla algunas situaciones temporales, como las invasiones de aire sahariano y las lluvias torrenciales. Por lo general, ambas incursiones se dan en ausencia de los alisios. Las invasiones de aire sahariano, o tiempo de ‘calima’, suelen afectar a lo largo de todo el año, sobre todo en agosto y en otoño, y consisten en una masa de aire seco procedente del Desierto del Sáhara, que viene acompañado de polvo en suspensión, que disminuye la visibilidad y aumenta la sequedad del aire. En las zonas del Norte de la isla, se suele denominar ‘tiempo sur’.

En cuanto a los episodios de lluvias, el tiempo del Norte, está asociado al Frente polar y provoca un descenso de las temperaturas y lluvias, sobre todo en las zonas del Norte. Las borrascas atlánticas, que llegan a la isla por el suroeste, traen abundantes lluvias torrenciales y en ocasiones fuertes vientos. También se dan ocasionales invasiones de aire polar del NE, que traen un fuerte descenso de las temperaturas, sobre todo en las zonas de cumbre, y que pueden dejar alguna pequeña nevada. Por último, las masas de aire polar que llegan a las islas ocasionan precipitaciones de intensidad variable, también conocidas como ‘gotas frías’.

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