En los años de la posguerra, Canarias muestra y padece una deprimente situación sociocultural que se prolongará por la década de los cincuenta. Los escritores se hallan sometidos a las penosas circunstancias del momento hasta el punto de que algunos críticos los han reunido bajo las elocuentes expresiones de “generación del bache” o “ generación escachada” . Rafael Arozarena queda incluido en ese conjunto.
Esta denominación alude al aislamiento y carencia de canales de expresión artística que padecieron, y a una juventud dolorosamente transcurrida en los años de la guerra civil y posguerra. La inquietud de los componentes de este grupo parece gravitar en torno al intento de captación de la realidad en su pureza más intacta.
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