Las sillas victorieras son una modalidad de sillas que se vienen fabricando desde hace mucho siglos en La Victoria, si bien se elaboran hoy en otros lugares de las islas, aunque conservando su original denominación. Se desconoce en qué momento ni porqué se comenzaron a fabricar en este pueblo; pero se cree que se asemejan por elaboración y forma al estilo inglés conocido como “Chippendale” (según el Catedrático de Arte, Jesús Hernández Perera). No obstante, lo que sí es cierto es que a principios del siglo XIX en los ajuares de los victorieros, ya existían estas sillas y que muchas se trasmitían en varias generaciones, llegando hasta nosotros con plena funcionalidad. Algunos autores indican que estas sillas populares canarias tienen su origen en el siglo XVII, aunque se desconoce con exactitud.
Sus principales características son: su duración y fortaleza ya que se utilizan maderas resistentes para su construcción (brezo, castaño y morera, sustituyendo al primero), por otra parte, su sencillez y carencia de talla y que las piezas se ensamblan unas con otras con espigas o cuñas de la propia madera, sin necesidad de clavos ni de elementos metálicos. Relacionado con esta tradición artesana ha habido en La Victoria, numerosos nombres de gran prestigio, algunos conocidos desde finales del siglo XIX: Venancio García Santos (“Cuatro Dedos”), Juan González Afonso (“Juan el de Elena”) o Domingo Afonso (“Sunsum”). Hoy la fabricación de estas características sillas continúa con la labor de varios artesanos, en algunos casos, heredando esta tradición de sus antepasados. Se trata del producto tradicional más afamado dentro del municipio y a día de hoy siguen teniendo una buena posición en el ámbito comercial.
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