El acebuche canario (Olea europaea cerasiformis) es una subespecie endémica que puede alcanzar los 12 m de altura, aunque es más frecuente con porte arbustivo. Es un elemento característico de las comunidades termoesclerófilas, y se da entre los 200-1.000 m de altitud. En zonas donde están azotadas por el viento, adoptan un porte achaparrado. Sus flores son pequeñas y blanquecinas, y su fruto es una aceituna poco carnosa con semilla.
Forman pequeños bosquetes monoespecíficos llamados acebuchales, que en determinadas zonas de Gran Canaria, como por ejemplo el barranco de los Cernícalos, está ocupando el dominio potencial de la laurisilva debido a su gran capacidad de germinación.
Florece entre abril y mayo, y su madera arde aunque esté verde. Debido a la dureza de su madera, sirvió para la fabricación de ejes de carreteras, aperos de campo y diversos utensilios. También los aborígenes canarios la utilizaron como armas al endurecer sus varas al fuego.
Ha sido utilizada en medicina popular como hipotensora, febrífuga, laxante, estomacal y para las inflamaciones de garganta.
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