"es que la ansiedad de la marcha se le vino de pronto, mientras estaba echado en la cama, indagando con los ojos insomnes la plenitud estrellada de un cielo que se enmarcaba en el ventanuco. Claro es que todo se había ido amalgamando en su realidad hasta llegar a "aquello" ¿Aquello era realmente él o una inspiración? ¿Se iría a transformar en un hombre en marcha o en una ansiedad caminando? Era preciso huir…apartarse, con la mansedumbre del elegido, de entre unos hombres que chillan como simios, y que no creen ni en ellos mismos. Huir del contagio poderoso que apaga o anula el pensamiento y la voluntad".
|