Flores practica una poesía para reflexionar,
entreverada de ironía porque, como ha dicho en
más de una ocasión: "la ironía y el humor siempre han formado parte de la poesía
española, en cuya tradición ha habido un poso agridulce. Detrás del humor hay mucha seriedad y es más fácil hacer llorar a la gente que reír".
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