En el siglo XVI y como consecuencia de un terrible ataque pirático a las costas del Valle, este asentamiento escondió importantes tesoros religiosos, entre ellos la imagen de la Virgen de Candelaria, patrona de Canarias. Se cree que nunca se llevó a cabo esta partida, pero si se tiene constancia, según el prestigioso historiador José de Viera y Clavijo, de que los altos de Arafo era lugar idóneo para esconder los tesoros de la localidad. De todas maneras, la Casa de la Granja, hoy en ruinas, contienen los restos de lo que se cree fue una capilla de considerable tamaño la cual puede certificar esta teoría.
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