Los ranchos constituían (habituales de Gran Canaria, pero también de las otras islas de la Provincia) una especie de agrupaciones musicales que primero por el Día de los Difuntos y luego por Pascua salían de puerta en puerta, con el propósito de recaudar fondos para las ánimas (almas de los fallecidos), con una música claramente oriental en coplas y desechas con temas alusivos a la muerte, la Navidad y a la relación social. Sus cantos, monótonos y tristes acompañados de un lento y rítmico sonsonete metálico producido por triángulos, espadas, panderos…como así lo describe Lothar Siemens (1997), han servido para crear en la fraseología popular grancanaria la expresión “estar como un cantador de Pascua” para referirse a actitudes hablantes cargadas de repeticiones e insistencias. También actuaban en días festivos dentro de las iglesias. Se introdujeron en Canarias desde la península ibérica, en los primeros siglos de la Colonización.
Francisco Suárez Moreno “ Los Ranchos de Ánimas en Canarias. Aspectos históricos en la cumbre y suroeste de Gran Canaria” (2008)
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