Cuando se habla de Patrimonio, se resaltan todos aquellos valores o riqueza de una familia, de un pueblo o de un territorio. Especialmente, el patrimonio hace alusión a un legado, a algo que viene dado por la naturaleza o por la mano del hombre y que merece ser conservado y perfeccionado.
Al hablar de Patrimonio Natural de Tenerife, surge un conflicto, dada la complejidad de aspectos a considerar. Pues, Patrimonio, no sólo es lo pintoresco sino también lo que marca la identidad del territorio y todo aquello que ofrece valores de subsistencia y bienestar.
Por ello, el Patrimonio es tanto como la propia realidad geográfica, es la fisiografía de terreno, es su formación, son las montañas, las costas, los barrancos. Es el clima, el agua y la propia explotación de esos recursos. Así mismo, es toda la realidad natural que le caracteriza, como son la flora o la fauna.
En el caso de Tenerife, su Patrimonio es único, dada su propia configuración triangular y piramidal, coronada por el Pico Teide, con sus 3.718 m.
Es único, por el modo en que se han ido formando sus dos grandes valles. En la vertiente norte, el Valle de La Orotava, y en la vertiente sur, el Valle de Güímar, como consecuencia del desplome y deslizamiento de grandes volúmenes de materiales desde la cumbre hacia el mar.
 |
(DM) |
Es único, por ese mar de nubes que se acolchona en las laderas a barlovento, formando lluvia horizontal, generadora de los bosques de laurisilva, fenómeno típico canario como consecuencia de los vientos alisios.
Es único el acuífero formado por la infiltración del agua de lluvia y de nieve, en el vientre de la Isla, y que durante varios siglos, los hombres de esta tierra han tratado de llegar hasta ese ‘maná’ a través de largas y costosas galerías subterráneas, fruto del esfuerzo y de la iniciativa popular. Ello ha dado lugar a distintos alumbramientos con lo que la superficie de la Isla se ha transformado en una red hidrográfica de múltiples cauces, atarjeas, tuberías y estanques, que ha permitido desarrollar extraordinarios cultivos en zonas secas y sedientas. También, en los últimos tiempos, se han construido grandes embalses para aprovechar el agua de escorrentía.
Es único, por ese esfuerzo del hombre tinerfeño en crear bancales, aprovechando los terrenos más inaccesibles, y en crear extensiones cultivables, sorribando malpaíses, allanando terrenos rocosos y escarpados, transportando de lugares distantes tierra de cultivo.
Es único, por la variedad de cultivos que se pueden desarrollar en estas tierras donde el esfuerzo ha sido ingente, tratando de combinar el suelo y el agua con el clima. Esta lucha sobre la naturaleza, se ha visto incrementada a través de las vicisitudes históricas, producto de la dependencia comercial con el exterior, dando lugar a diferentes ciclos de cultivos. Primero, la caña de azúcar, luego las viñas, después chumberas o tuneras para la obtención de la cochinilla, más tarde, el plátano y el tomate, sin perder de vista las hortalizas y cultivo de flores en los últimos tiempos. Sin embargo, este tipo de cultivo es el más destacado por su valor comercial, pero siempre están los cultivos de medianías, necesarios para la subsistencia, como las papas o los cereales.
Es único, por la variedad vegetal que inunda sus tierras desde la costa hasta lacumbre, organizándose en diversos ecosistemas y pisos según la altitud, y las propias características de las especies vegetales. Desde cardones y tabaibas bañadas por la maresía, hasta las retamas y taginastes al pie del Teide. Pero también, por cómo el campesino canario, en un alarde de sabiduría popular, ha sabido adaptar y utilizar el monte para progresar con escasísimos recursos. |
|
(SG) |
Es único, por su fauna, que desde su llegada a estas Islas surgidas del Atlántico, han ido adaptándose y evolucionando hasta convertirse en endemismos canarios. Pero sin olvidar la fauna doméstica, que ya fue introducida por los guanches, han sido fieles compañeros del canario en el desarrollo del mundo rural.
Es único, porque precisamente por la singularidad y valor del paisaje tinerfeño, casi la mitad de su territorio se encuentra protegido por ley, en una Red de Espacios Naturales Protegidos, que conforma una de las mejores tarjetas de presentación que podría tener de cara al turismo.
Es único, porque es un Patrimonio vivo, de actualidad, por la polémica que siempre suscita el binomio desarrollo económico-protección del medio, en un reducido espacio en el que se tiene que planificar y ordenar correctamente para lograr el disfrute de todos. La última buena noticia, ha sido el nombramiento del Parque Nacional del Teide como Patrimonio Mundial de la Humanidad, galardón obtenido a través de la UNESCO, y que le da aún más prestigio al Patrimonio Natural de Tenerife.
Todo esto son solo unas pinceladas de lo que constituye el Patrimonio Natural de Tenerife, cuyo desarrollo podemos encontrar de forma específica en los siguientes apartados de GEOGRAFÍA FÍSICA y NATURALEZA.
 |
(DM) |
|