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  3. MUNDO RURAL    
 
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  >> Economía en el medio rural >> Agricultura, ganadería y pesca Versión para imprimir Escuchar artículo Metadata Patrocinadores Aumentar letra Disminuir letra  


La agricultura

El modelo agrícola actual se caracteriza por la dualidad entre agricultura de exportación y agricultura tradicional. En muchas ocasiones son complementarias, ya que campesinos, con o sin tierras de la medianía, trabajaban también como ‘aparceros’ del tomate, soportando duras condiciones laborales y sociales. Las palabras de una antigua aparcera de San Bartolomé de Tirajana lo ponen de manifiesto: "aquello no daba ni ‘pa chuflas’. Cogíamos una fanega de tomates entre yo y mi marido, los niños pequeñitos, con la cesta de la comida en la cabeza, arrastrando a los niños y a la cabra... aquello prácticamente no daba dinero" (MARTÍN PLASENCIA, N. R. (2001): Historias de aparcería. Santa Cruz de Tenerife, Idea, 64 pp.).

La agricultura de exportación se caracteriza por tratarse de monocultivos, destacando el plátano, el tomate y las flores ornamentales. La mayor parte de la producción se orienta al comercio de los mercados exteriores, con una mínima parte de la producción destinada al mercado interior. De elevada rentabilidad, se trata de explotaciones tecnificadas, muchas de ellas realizadas en invernaderos, con sistemas de riego localizados a goteo, gran cantidad de abonos, etc. Al ser producciones destinadas al mercado internacional, son sensibles a las negociaciones en el marco de la Organización Mundial del Comercio y de los tratados preferenciales de la Unión Europea con terceros países. Esto repercute sobre la producción y la posterior comercialización del producto.

El Valle de La Aldea se encuentra salpicado de invernaderos, dedicados muchos de ellos al tomate de exportación. (MC)

El principal cultivo de exportación en Gran Canaria es el tomate. Este cultivo ocupa grandes extensiones en el sureste insular, sobre todo en sectores costeros, donde la temperatura es óptima y más o menos estable a lo largo de la cosecha. La competencia internacional con otras áreas productoras, como el Magreb, ha motivado que los esfuerzos se centren en apostar por la mejora de la calidad y la diferenciación del producto.

Si se tiene en cuenta la superficie cultivada, la platanera es el segundo gran cultivo de exportación de la Isla. Las grandes extensiones de este cultivo se localizan en el norte y noreste: Guía, Arucas, Telde y Las Palmas, aunque la superficie cultivada ha descendido considerablemente. En algunos sectores de plataneras, sobre todo los más cercanos a los núcleos de población, se ha abandonado este cultivo en favor de un cambio de uso del suelo que beneficia al sector inmobiliario. Esta competencia por el suelo, los altos precios del agua y la incierta coyuntura internacional respecto a este cultivo dentro de la Unión Europea, ha propiciado el progresivo abandono de aquellas explotaciones de menor tamaño y rentabilidad.

El cultivo de flores ornamentales adquiere importancia en algunos sectores del noroeste y sur insular. Los municipios con mayor superficie dedicada a este cultivo son Gáldar, Guía, Agüimes, Ingenio, San Bartolomé de Tirajana y Telde. El incremento de los costes sociales, la baja capitalización por falta de recursos financieros y la competencia con productos de otros países, sobre todo del norte de África, son las principales amenazas que se ciernen sobre esta actividad.

La agricultura tradicional está, fundamentalmente, destinada al mercado interior y al autoconsumo familiar. Se trata de una agricultura de secano localizada, sobre todo, en las medianías de la Isla. Se caracteriza por ser seña de identidad de un mundo rural cada vez más alterado, por su escaso valor añadido, bajo nivel económico y de capitalización, así como por su escasa especialización. Durante las últimas décadas, fenómenos como la agricultura a tiempo parcial o de fin de semana han permitido que se mantenga este tipo de agricultura tradicional. Ésta presenta serias amenazas, entre las que destacan: la ausencia de relevo generacional de los agricultores, altos costes de producción, la expansión urbano-residencial que compite por el suelo, etc. Los principales cultivos son: la papa, los frutales, las plantaciones vitivinícolas y los forrajes.

La papa (llamada patata en la Península Ibérica), es un alimento básico en la dieta del canario, por lo que es el cultivo con mayor presencia. Es cultivada, fundamentalmente, para el mercado interior y el autoconsumo. A pesar de ello, en el curso de los años noventa, la Isla ha perdido un porcentaje importante de la superficie dedicada a la papa. Se cultiva tanto en secano como en regadío, y se localiza en las medianías de barlovento y las medianías altas de sotavento, donde rebosa el mar de nubes y proporciona una aportación extra de humedad.

Los frutales y cítricos se concentran, especialmente, en el noroeste de la Isla, en el interior de los municipios de San Bartolomé de Tirajana, Tejeda, Telde, Vega de San Mateo, etc. El almendro, el peral, el manzano o el melocotonero son los principales cultivos. A ellos hay que añadir otros de reciente introducción como los aguacates y cítricos. Las explotaciones de este tipo de frutales suelen ser bastante más especializadas y tecnificadas que las anteriores.

La vid no ha alcanzado la importancia de otras islas, pero la Denominación de Origen trata de impulsar la calidad de los caldos insulares. (MC)

El desarrollo de las plantaciones vitivinícolas no ha alcanzado tanta importancia como en otras islas de Archipiélago. Una parte importante de los cultivos se caracteriza por el mal estado debido al abandono sufrido durante años. A pesar de ello, durante los últimos años se están realizando esfuerzos para la mejora de los mismos y de los caldos resultantes. Con este fin existe en la isla una Denominación de Origen, creada en el año 2.000, con presencia en los veintiún municipios de la Isla. Los sistemas de cultivo varían, desde el tradicional de secano y bajo riego localizado, hasta el más modernizado de espaldera. Los municipios con mayor superficie destinada a este cultivo son: Santa Brígida, Las Palmas de Gran Canaria, Telde y San Bartolomé de Tirajana.

El cultivo de plantas forrajeras y cereales (gramíneas) es actualmente poco relevante, debido a la pérdida de funcionalidad y a la escasa rentabilidad de los mismos. Cultivados casi siempre como cereales de invierno, Moya y Firgas son los municipios con mayor superficie cultivada. Estos cultivares se localizan preferentemente en zonas desfavorecidas, aquejadas de envejecimiento de la población y en las que predomina el abandono de las actividades agrarias. El millo, utilizado tradicionalmente como forraje para el ganado y como materia prima en la elaboración de gofio, es el cultivo más notable. Sufren la fuerte competencia de productos de importación.

El cultivo de cereal es poco relevante hoy en día en la Isla. (TB)

Otro ‘nuevo’ tipo de agricultura surge en los últimos años, la llamada agricultura ecológica. Inspirada en técnicas y sistemas de cultivo de la agricultura tradicional, ha visto cómo en los últimos años se ha producido un incremento del número de productores y de la superficie cultivada en Gran Canaria. Estas nuevas explotaciones están repartidas en todas las zonas de la Isla, especialmente en las medianías y cotas superiores a los 400 metros, debido a la ocupación de la costa por los cultivos de exportación. La producción de frutas ecológicas en régimen de secano es la más generalizada, destacando las ciruelas, peras y manzanas. Las frutas producidas bajo regadío son duraznos, naranjas, limones y, más recientemente, papayas. Otros cultivos más novedosos y destinados a la industria agroalimentaria y cosmética, como el Aloe vera, se han introducido también en los últimos años.

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